INFÓRMATE
Estos pequeños insectos llevan a cabo una función muy importante llamada polinización. La polinización es el proceso de transferencia de polen hasta la parte receptiva de las flores, donde germina y fecunda los óvulos de esta, haciendo posible su reproducción y la formación de semillas y frutos.
Su contribución en la reproducción de las plantas cultivadas y silvestres, mantiene la salud y biodiversidad de los ecosistemas.
La apicultura (críanza de abejas) ha demostrado en varias regiones del mundo, ser capaz de contribuir a la generación directa de alimentos, además de multiplicar la producción agrícola de frutos y semillas. Se ha utilizado como un instrumento de desarrollo para comunidades rurales muy limitadas en recursos.
Las abejas son el ÚNICO polinizador manejado por el hombre que puede utilizarse para cultivos agrícolas en campo abierto. Como resultado de la falta de abejas silvestres en muchas áreas del mundo, las abejas manejadas pueden desempeñar un papel cada vez más importante en el mantenimiento de las poblaciones de especies de plantas silvestres.
Hace 8 años, se empezó a hablar del llamado “desorden del colapso de las colmenas,” producto del cual las abejas comenzaron a morir en masa y sin causa aparente. En los años siguientes se investigó el problema y ahora se trabaja para solucionarlo, aunque el daño ya está hecho y las abejas se encuentran en peligro de extinción.
Las principales hipótesis sobre la extinción de las abejas, giran en torno a la utilización de ciertos pesticidas que provocan malformaciones, trastornos del sistema nervioso y desorientación. Se han encontrado casos de abejas con signos de mala salud, desorientadas e incapaces de encontrar su colmena, otras son expulsadas del enjambre porque sus compañeras no las reconocen.
Las semillas para plantaciones de girasol, soya, etc, son rociadas con insecticidas neurotóxicos, es decir que afectan al sistema nervioso. Se ha observado que las moléculas tóxicas de estos pesticidas, continúan en la planta durante su crecimiento, e incluso su floración. El néctar de las flores que sirven de alimento a las abejas también contiene residuos químicos con efectos destructivos para estas.
Einstein planteó: “Si la abeja desapareciera de la superficie del globo, al hombre sólo le quedarían 4 años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres.“